Nos hemos acostumbrado a que todos los mensajes que salen de nosotros (en la ropa, en los complementos, en los objetos cotidianos...) a que todo lo que tengamos que decir en realidad lo digan otros en nuestro nombre. ¿Porqué no personalizamos nuestras pertenencias? al fin y al cabo son nuestras, las hemos pagado y son nuestras. ¿Porqué no aprovechamos cada soporte para contarle al mundo lo que tengamos que decirle?
Este ejemplo que muestro, además, surgió de una "necesidad" real.
Este ejemplo que muestro, además, surgió de una "necesidad" real.